En la antigua Piura, cuando era un terreno sin nombre conocido, decenas de etnias y culturas se erigieron, muchas de ellas dieron el punto de partida a varios de los pueblos que hoy conocemos. Estos pueblos fueron los Ayabacas, los Huancabambas y los Bracamoros (cercano a territorio amazónico con Jaén), pueblos temerarios y zafios que conquistaron otras regiones, otras etnias, pero que finalmente cayeron ante el poderío y la superioridad Incaica, luego de arduas y sangrientas batallas.

Siglos después, serían los propios incas los que morirían en manos de los conquistadores españoles, quienes llegan a costas peruanas y fundan la primera ciudad peruana, llamada San Miguel de Piura en el año 1532, erigiendo casi en el acto la primera iglesia del continente, puntualmente en el pueblo de Colán y llamada San Lucas. Santuario que hasta el día de hoy sirve como templo de bendiciones para matrimonios y misas dominicales.
En 1571, Paita era el centro de Piura, debido a su salida al mar y proyección comercial, pero tras la incursión del pirata inglés Cavendish en 1587, quien saqueó e incendió la ciudad, la mayoría de pobladores emigraron al valle de Catacaos, a orillas de la represa de Tacalá. Durante la época colonial, todo fue un remanso de paz y armonía para los piuranos.

Siglos enteros de conformidad se vieron estremecer en 1820, tras la incursión de la expedición libertadora de José de San Martín, junto a los almirantes Brown y Cochrane, quienes convencen a los piuranos de levantarse en armas contra los españoles. El 4 de enero de 1821, el pueblo de Piura proclama su independencia en la marquesina de la Iglesia de San Francisco. Posterior a esta victoria, los piuranos forman un pequeño ejército de 1,000 hombres, los cuales contribuyen gloriosamente en la independencia de Ecuador, hecho ocurrido en la Batalla de Pichincha en mayo de 1822. En 1861 se crea, por decreto, el Departamento de Piura, junto a sus tres provincias: Piura, Paita y Ayabaca. Cuatro años después Huancabamba pasa a convertirse en la cuarta provincia. Si hablamos de soberanía existen muchos lugares de Piura y adyacentes que tendríamos que nombrar, el pueblo de Chalaco, en la sierra piurana, donde los aguerridos pobladores vencieron a los invasores chilenos, cuando intentaron tomar el Perú por asalto, defendiendo su libertad, su vida y su patria. Pienso, opino y sugiero que la patria se lleva en el pecho, en el corazón, en el alma, al lado derecho de la autonomía, porque donde mora la libertad, allá está mi patria.