lunes, 5 de abril de 2010

Yo no quiero dejar de fumar...

Dejar de fumar es fácil, yo ya lo dejé como 100 veces. Le he bajado el ritmo a la nicotina en mi torrente, le he comprado menos cigarrillos a la industria tabacalera, le he dado más días de vida a mis intoxicados pulmones. Pero es que el fumar es un placer -para mí- único y orgásmico. Si estoy feliz fumo, si estoy triste fumo más, si estoy sano fumo, si estoy libando fumo más, si estoy nervioso fumo, si estoy ansioso fumo más, si estoy arrecho fumo, después del orgasmo fumo más. Días de semana fumo poco, fines de semana fumo el doble. Es por eso de mí insatisfacción contra leyes tan descabelladas como la antitabaco, que nos prohíbe fumar hasta en lugares públicos. Entonces yo me pregunto, a quién mierda se le ocurrió tamaña idiotez, por qué demonios esos congresistas no se preocupan por sus congéneres narcos, delincuentes, estafadores, asesinos e ignorantes. Por qué diablos no se preocupan de cómo los empresarios mineros abusan de nuestros explotados peruanos. Por qué no dictan una ley que prohíba postular al congreso a ignorantes, sin estudios, por qué un presidente que robó, mató y destrozó el Perú puede volver a postular. Acaso estás interrogantes no son más importantes para el país que una ley antitabaco que nos segrega y discrimina como si llevásemos entre los labios una arma de destrucción masiva. Acaso alguien tiene el derecho y la facultad de impedirme morir poco a poco o tal vez elegir la forma en que quiero y deseo acabar con mí vida?. Nosotros, gran grupo, de fumadores sabemos las causas y aceptamos las consecuencias, y no es justo que 120 bandoleros de saco y corbata nos roben nuestro certificado de muerte y elijan un protocolo de necropsia que no nos interesa....