martes, 26 de mayo de 2009

Misógino aprendiz de seductor...

Quiero ser tu macro porno intenso. Pero tan solo llegue a tocarte cerca de vez en cuando, y en la mayoría de veces cuando el alcohol extraviaba tus sentidos. Pero bueno, ni podrás quejarte porque bien que te divertiste, nos divertimos, la pasamos bien y nos tocamos más de lo debido. La verdad, te confieso, luego llegaba a mí casa y recordaba cada escena, como si mi promiscua memoria las hubiera grabado: mis ojos seguían viendo tú cara de mozuela endiablada, mis manos seguían sintiendo tus nalgas frías, mí boca seguía saboreando recovecos no tan prohibidos y mi nariz seguía sintiendo tus olores sensuales y sexuales. Luego de una semana el ardor pasaba y continuaba con mí vida sosa y aburrida, hasta que el alcohol y tus sentidos nos cruzaran otra vez por la calle de los besos sin amor.

No pienso darle una ubicación temporal a éste relato, no quiero más problemas que los económicos (que me aquejan en demasía últimamente). Darle un tiempo y espacio, implica que tú sientas que lo escribí para ti, pensando en ti, en tú nombre y en como te llamaba cariñosamente en la oscuridad de alguna habitación. Entonces no quiero crear habladurías, ni rellenar tu ego de beatita de humay. La verdad es que prefiero que piensen que, como siempre, este post es otra de mis tantas y tontas ocurrencias. Y de preferencia no lleva nombre ni apellido y menos apodos cariñosos, tan cursis y tan idiotas.

Y que soy un imbécil desconocido que escribe incoherencias porque no tiene como escapar de su quimérica careta de misógino aprendiz de seductor. Aunque en realidad sea un feminista convicto y confeso, y crea profundamente que las mujeres son seres muy superiores a los hombres. Aunque nadie me crea. Tal vez mis relatos sean muy ambiguos y digan lo contrario de lo que en realidad quisiera decir. Pero no puedo glorificarte falsa “beatita de humay”, eres lo más parecido a una prestamista de amores de fin de semana. ¿Quién da más?. I´m sorry, good bye.