En el mundo de lo amoral el tiempo no se mide en lapsos cronológicos. Cada beso es un segundo, cada caricia sensual es un minuto y cada embestida es una hora. En esta dimensión alterna todas las mujeres son bellas sin excepción, todas son fáciles también. Las venéreas no existen, todo esta permitido, es una guerra compartida y asentida de sudores y gemidos. Lluvia de semen diría Fito Paez. Enciende un petardo asentiría Calamaro.
El Mundo Amoral permite que todos entren y salgan cuando quieran, no existen viejas cucufatas, solteronas y divorciadas amargadas, beatitas falsas o vírgenes lloronas que no pueden soltarse las trenzas y ser lo putas que quieren ser, simplemente por el famoso “Qué dirán”. Acá no hay juez, nadie mira de reojo, nadie levanta la nariz en ángulos insospechados de pacatería. Los mojigatos se quedaron al otro lado.
El que entra al tobogán tiene que saber jugar sus fichas, de lo contrario un nudo de moralidad y mojigatería reventarán su tráquea. En este insospechado universo existen unas abejas que tienen un mortífero aguijón repleto de veneno juicioso, muchos de los que son picados tienen, irremediablemente, que regresar al mundo soso y normal, a seguir mirando de reojo y escandalizándose por simplezas sexuales y declaraciones open mind de seres que forman cola para entrar a este ladino lugar.
En el Mundo Amoral nadie utiliza ropa, todos andan desnudos, sin cubrirse las partes púdicas. No interesan las panzas exacerbadas y glotonas, no importan las tetas caídas y vencidas por la ruda gravedad, nadie mira mal a los glúteos con estrías; es que en este espacio la fealdad no existe, no esta permitida, todos son bellos, todos son bonitos, atractivos, todos son vistos con ojos libidinosos. Todos contra todos.
En el Mundo Amoral nadie utiliza ropa, todos andan desnudos, sin cubrirse las partes púdicas. No interesan las panzas exacerbadas y glotonas, no importan las tetas caídas y vencidas por la ruda gravedad, nadie mira mal a los glúteos con estrías; es que en este espacio la fealdad no existe, no esta permitida, todos son bellos, todos son bonitos, atractivos, todos son vistos con ojos libidinosos. Todos contra todos.
El Mundo Amoral es lo más parecido al Paraíso de Adán y Eva, todos desnudos, sin vergüenzas, sin disparates, sin cargos de conciencia, sin celos, sin iglesias ortodoxas, no viven curas sodomitas, ni personajes de doble accionar que se rasgan vestiduras por un lado y se acuestan con niños por el orto.
Para entrar al Mundo Amoral se necesita cumplir ciertos requisitos, ser un sinverguenza como primer requerimiento, y mucha capacidad de amar como segundo mandamiento. Energías, muchos ardores para poder resistir faenas largas y suculentas. Muchos cumplen con los requisitos, pero lastimosamente por el momento no tienen vacantes, ni una sola, no hay más espacio en el Edén, pero seguiré esperando escondido entre los arbustos…