martes, 5 de febrero de 2008

La Lengua Popular de Andrés

Escuchando No se puede vivir del amor, conocí por primera vez a Andrés Calamaro, corría el año 1992 (creo) y él salía de un paso triunfal en Los Abuelos de la Nada, para abrirse camino como solista. Yo entraba a secundaria, y por ciertas maldiciones del destino y mi puta suerte, me encontraba más enfermo que de costumbre. Sin poder estudiar, hacer deporte y/o forjar una vida normal, mí brújula no sabía en que dirección apuntar. No sabía que ser y mucho menos a donde ir. Tal vez, ahora me doy cuenta, lo único que siempre me gustó fue escribir y mentir. Es lo único, que hace tiempo sé, hago medianamente bien, y he llegado a la conclusión, tardía, de que si no me resigno a aceptarlo terminaré con una pared llena de títulos, que valgan verdades me interesan un pincho. Fuck you Mr. Engineer
Fue así como sin darme cuenta fue ingresando Andrés a mi cotidianeidad, Lunes por la madrugada y No se puede vivir del amor rondaban mí cabeza everyday, mientras gozaba viendo a un ambiguo Miguel Abuelo maquillado y regordete bailando. Me sentía, y siento que aún pertenezco, a ese raro grupo de seres que se sienten muy a gusto y lloran y se alegran con el rock Argentino, siendo peruanos. La poesía funky mezclada con las armonías de Miguel Abuelo, hacían mis días en el Hospital de Neoplásicas mucho más placenteros y acogedores, junto a algunas enfermeras de ojos verdes. I touch my self!!
Ya en los noventa, Andrés conoce a Ariel Rot y eligen intentarlo en España y refundarse como Los Rodríguez, con el recordado Julián Infante, el igualmente querido Guillermo Martín, y un baterista de apellido Dukakis. Juntos crearon Sin documentos, Mí enfermedad y Engánchate conmigo. Se dijeron un Hasta luego en el año 1995. Un año después sus temas recién llegaban a Perú, la travesía desde la Madre Patria fue muy larga.

Yo viajo solo
No habría de pasar mucho tiempo para que Andrés vuelva a golpearme los sentidos con Alta Suciedad (1997), donde, debo reconocer, solloce con Crímenes perfectos, cante hasta el hartazgo El tercio de los sueños y me sé de memoria cada carraspeo y todos los ummjum que suelta en Nunca es igual. Pero quedó como un himno (que aún hoy suena en mí celular) Flaca, la cual solemos cantar con mí hermano en cada reunión, cumple, pollada o "tonito" que amerite nuestra versión de ese tributo al despecho y abandono. Sing with me brother
Dos años después salió a la venta el disco doble (verdadera obra maestra) Honestidad Brutal, el cual tuve la suerte de escucharlo de primicia, gracias a una prima, también fanática y descuidada como yo. El día de la mujer mundial, se lo dedique, mentalmente, a la última que me dejó, o mejor dicho a la chica que dejé que me deje. Lloré como un niño con Los Aviones, cuando me enteré que era tarde y se había hecho de día, en una Lima gris y nublada donde se apagó todo lo que había y recién desperté y caí en cuenta que ya no podía más soñar con ella. Bailaba en el bañó con el tango Mí propia trampa mientras me arrojaba como Paloma en caída libre, al fondo del fracaso premarital. Me consolaba con Jugar con fuego, recordando su Parte de adelante y aún más su Parte de atrás. Renegando del momento Cuando te conocí. Suffers Peruvian suffers

Hemorragia Creativa
En El Salmón (2000), delirante disco de extrema incontinencia creativa que nunca llegó a Perú, completo. Recuerdo mucho la canción que da título al disco, donde hacía una catarsis de toda la mierda que había hecho y todos los químicos que ingirió luego de ser abandonado. Dando el mensaje final de arrepentimiento con OK. Perdón (Fue sin querer, te lo juro) Too late, master.
Pasarían cuatro largos años de autoexclusión para escuchar lo nuevo de Calamaro, con El Cantante, que no sería más que una recopilación de canciones folklóricas cantadas in his own way. De la cual hay que rescatar la genial Estadio Azteca, donde juega con las letras, creando frases contundentes. Un año después realizaría un concierto en Argentina, de donde recopila canciones antiguas en el álbum El Regreso.
En el año 2006 irrumpe en el mercado musical con una recopilación de Tangos, titulado Tinta Roja, de la cual la antigua canción Nostalgias que cantaba Gardel, se escucha prolija y te deja ese sinsabor del abandono, nuevamente. El 20 de noviembre de ese mismo año lanza El Palacio de las Flores, que no tuvo mucha pegada en las radios locales. Y de la cual se podía oír, casi a gritos, Mí Corazón en venta, como quien pide una ayuda desesperadamente, como quien llama a una mujer para que, al menos por caridad, compre su amor. Save me, save me please.

El Renacimiento
Luego de algunos problemas con su casa disquera, por no haber obtenido muchos hits comerciales (como si para ser un GENIO MUSICAL se necesite estar en radios), contrajo matrimonio con la actriz Julieta Cardinali y se convirtió en padre de una linda bebe, llamada Charo.
Sospecho que fue esa la chispa que volvió a encender la llama Calamárica y Andrés volvió a sus raíces, con La Lengua Popular, disco de letras profundas, sublimes, emocionantes, sentimentales y revanchistas. Cada una más diferente de las otras. Canciones que se van a poder escuchar en radios, autos, MP3, fiestas populares y combis. Creaciones que piden autocompasión y demuestran que no existe argentino más grande que él. Minibar, una oda al amor de su vida y su trasero inolvidable. Carnaval de Brasil y los puñales de la ternura. Una prosa genial en La Espuma de las orillas.
Calamaro ha regresado y tiene para rato. Esta vez ha demostrado que el reverdecer de su ingenio ha brotado nuevamente, y con más fuerza. De ahora en adelante será conocido como Andrés el omnipresente, luego de destruir el mito de que no se pueden escribir canciones geniales siendo feliz.

2 comentarios:

Noé Alvarado dijo...

Leo tu extensa descripción -crónica, de Calamaro, mientras he escucho sin descanso e ininterrumpidamente 1 hora de su música, aún (aunque parezca increible, ante tal magno cantautor) recien estoy iniciando a deleitarme con su música a cabalidad....escribes excelente, estoy leyendo todos tus post, me detuve en este ....atte: NeO

Anónimo dijo...

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